El día 8 de enero de 2010 publicábamos la noticia sobre la vigilancia, de forma ilegal, de las obras del Centro de Recepción de Visitantes de nuestra ciudad, por una persona perteneciente a uno de los clanes residentes en el barrio del Rabal. Recuerden el cartel que se encontraba en la valla de la obra, en el que se podía leer No tocar, responsable el Aspirina.
Con esta noticia se pretendía denunciar la adjudicación ilegal del control de la obra en un edificio público a personas sin la titulación exigida y, lo que es más grave, sin existir el correspondiente contrato y alta en la Seguridad Social por parte de la empresa constructora, adjudicataria de unas obras promovidas por el Ayuntamiento de Villena.
Parece ser que la historia se está repitiendo en estos momentos con la nueva obra en construcción situada en la Plaza de Colache, donde el equipo de gobierno anunció en su día la intención de trasladar la Sede Universitaria y Sala de Estudios, en la que, durante la noche, hay otro vigilante vecino del barrio que comenzó el trabajo cuando, curiosamente, sucedieron una serie de actos vandálicos, como la sustracción de algún elemento de la obra o el derribo de algún que otro tabique, que hicieron de nuevo necesaria la vigilancia preventiva del futuro edificio mientras no permanezcan trabajando los operarios de la empresa constructora.
Preguntado el concejal de Urbanismo, Carlos Beltrán, sobre estos incidentes, nos ha manifestado su desconocimiento sobre la existencia de esta persona que vigila la obra durante la noche, pero admitiendo que, en efecto, desapareció la puerta de uno de los aseos portátiles instalados en la zona y que durante el vertido del fratasado alguien lanzó piedras a la mezcla, por lo que se tuvo que volver a allanar; también, debido al fuerte viento durante las tormentas de los últimos días, uno de los tabiques cayó al suelo y se ha tenido que reponer.
Responsabilidad de la empresa
En cuanto a la existencia de este vigilante, Beltrán ha señalado que en caso de existir sería la empresa adjudicataria la responsable de la contratación de esta persona y que son los técnicos responsables del seguimiento de la obra quienes deberían de estar al tanto de su existencia, añadiendo que en ningún caso el ayuntamiento sería responsable de lo que pudiese suceder con esta persona, ni sobre su contratación ni con la posibilidad de que sufriese un accidente en el recinto durante su horario laboral.
Puestos en contacto con los vecinos de la zona, nos han confirmado la existencia de esta persona que cuida de las instalaciones al caer la noche, lo que nos lleva a preguntarnos por la impunidad con la que actúan determinadas personas y la permisividad, en ocasiones, de la administración, que mira para otro lado cuando en un edificio de su propiedad se está infringiendo toda la normativa laboral, por no hablar de las especiales circunstancias que concurren en este tipo de contrataciones.
